domingo, 15 de noviembre de 2009

ArTe De Los SiigLos XX y XXI

En las postrimerías del siglo XIX y principios del siglo XX llegaron desde Europa aires de renovación que influyeron en el arte colombiano, especialmente en las pintura académica de ese tiempo, tras lo cual surgieron nuevas figuras, algunas de las cuales habían encontrado el momento y el impulso necesarios para iniciar una manifiesta búsqueda de sus raíces y su identidad.

Andrés de Santamaría (1860-1945)
Pintor bogotano que vivió entre los dos siglos. Desde muy temprana edad, emigro a Europa, donde se radico en Bélgica. Su formación artística se fundamento en las corrientes europeas del momento. Impresionismo y expresionismo se cruzan en su pintura; el estudio de la luz y el color, junto con la aplicación espesa y agresiva del pigmento, hacen de su pintura una obra revolucionaria y personal para la época, convirtiéndolo en el primer pintor moderno colombiano del siglo XX. A partir del retrato, rompe con el esquema académico del silgo XIX y desarrolla un estilo personal, donde la aplicación del oleo en gruesas capas sucesivas de color produce una superficie tridimensional. La modulación de la forma esta hecha con espátula y pincel cargados de pigmento. El resultado es un retrato espeso que parece estar fuera de foco, con sutiles toques de color para dar la sensación de luz y de atmosfera


El grupo Bachue
Con el ánimo de expresar una identidad cultural de tiempo atrás excluida por las corrientes estéticas que dominaban en el país, algunos artistas colombianos empezaron a reincorporar en su expresión artista la temática indígena y paisajista, produciendo una importante ruptura en el ambiente plástico nacional. Esta preocupación por lo autóctono contribuyo en gran medida no solo a promover el rompimiento con el arte academicista en Colombia sino a impulsar el nacimiento de corrientes más originales e innovadoras. Bajo estas consideraciones estéticas apareció un grupo denominado Bachue, entre cuyos artistas cabe mencionar a Gómez Campusano, José Domingo Rodríguez, Rómulo Rozo, Ramón Barba, Luis Alberto Acuña, Rodrigo Arenas Betancourt y Gonzalo Ariza.
Para este grupo de pintores y escultores colombianos no paso desapercibido el movimiento de los muralistas mexicanos que simultáneamente trabajaban sobre estos mismos presupuestos.


Escultores y pintores
Según cuentan, Picasso les aconsejo al pintor Alberto Acuña y al escultor Rómulo Rozo mirar hacia el pasado precolombino. Una escultura de Bachue, la madre de la mitología chibcha, que había sido expuesta en Sevilla en 1929, le dio nombre a un grupo de pintores y escultores que se inspiraron en la cultura indígena precolombina, específicamente la chibcha, para realizar su obre. Este periodo de arte nacionalista y autóctona tuvo su momento de formación y culminación entre 1920 y 1950.


El expresionismo y el arte abstracto
Mientras se adelantaba esta búsqueda de identidad artística nacionalista. Picasso trabajaba en Paris sus periodos cubista analítico y cubista sintético. Este fue un movimiento histórico determinante para las corrientes artísticas futuras. Georges Braque, Juan Gris, Fernand Leger, para mencionar algunos, desarrollaban las mismas ideas pero cada uno con un mercado estilo personal. La idea de crear un arte basado en el estudio del modelo, tratando de conseguir la mayor fidelidad posible a la naturaleza, dejo de ser prioritaria, se rompió con los esquemas establecidos y se busco sintetizar al máximo el objeto o modelo, hasta llegar a la forma pura y al color simple. Estas ideas tocaron a todos aquellos que de una u otra manera estaban involucrados en el arte. El uruguayo Joaquín Torres García, Vinculado a este movimiento revolucionario europeo, fue el precursor del arte abstracto en América Latina.
En Colombia iniciaron el recorrido de la abstracción Marco Ospina, Albert Arboleda y Eduardo Ramírez Villamizar. Posteriormente, Guillermo Wiedemann, Alejandro Obregón, Edgar Negret y Juan Antonio Roda, cuya formación en su mayoría comenzó en Europa, trajeron a Colombia los pases para un arte nuevo, en donde se abolieron las referencias figurativas.
Por otro lado, Pedro Nel Gómez y Débora Arango, alejados del indigenismo, exploraban el lenguaje del expresionismo.
Guillermo Wiedemann (Múnich 1905-1969)
Fue el máximo representante del arte abstracto en Colombia. De origen alemán, es considerado como el primer artista en producir una pintura no figurativa expresionista. Wiedemann trabajo su obra al oleo y a la acuarela, técnicas que fue perfeccionando a lo largo de su carrera artística. La pintura no figurativa de Wiedemann, como explica el critico de arte Germán Rubiano, puede dividirse entre etapas: de 1957 a 1961, periodo expresionista lirico donde realiza pinturas basadas en el paisaje tropical; de 1962 a 193, época informalista y 1964, fase de aproximación a las formas geométricas.
Eduardo Ramírez Villamizar (1932)
Su periodo de transformación transcurrió entre Paris y Estados Unidos. Su obra pictórica de juventud esta basada en formas geométricas en blanco y negro relacionadas entre si. Posteriormente comenzó una serie de relieves en blanco que fueron preámbulo hacia la escultura, en cuyo ejercicio realizo su obra madura que le mereció reconocimiento nacional e internacional.


El arte precolombino de 1940 a 1960
A partir de 1940 Kandinsky, Modrian y Miro, con sus teorías artísticas sobre el color y la composición, lograron imponer la abstracción como una arte nuevo y revolucionario y que continuo influyendo sobre el arte colombiano de mediados del siglo XX. Otro de los pintores no figurativo es Juan Antonio Roda (1920) de origen español, de Valencia. Conocedor del oficio y de la buena pintura al oleo han producido varias series de pinturas no figurativas, entre las que sobresalieron las Tumbas, los Felipes y los Autorretratos, realizados en la década de los años setenta. Desde entonces su pintura ha oscilado entre la abstracción y la figuración. También ha trabajado la técnica del grabado en la cual ha dejado una extensa obra muy personal.
Alejandro Obregón (1920-1992)
Se formo en Europa y Estados Unidos, y en 1936 se radico en Colombia. La critica de arte Marta Traba escribió sobre el: “La llegada a la pintura colombiana de Alejandro Obregón nos coloca ante el primer pintor de talento con que cuenta Colombia en este siglo…La obra del artista es de desarrollos claros y su evolución esta llena de pautas que muestran de manera inequívoca la alianza del trabajo y el talento”. La pintura expresionista abstracta de Obregón esta inspirada en la fauna y la flora colombianas.
Su obra también es un comentario sobre la realidad política del país. Obregón produjo una serie de pinturas sobre la violencia en la cual se destaca un desnudo de mujer embarazada asesinada: una composición donde la silueta del desnudo femenino divide el cuadro en dos planos contrastantes que evocan un paisaje desolado y desgarrador. Obregón dejo una larga y extensa producción artística que lo convierte en una figura sobresaliente del arte colombiano a nivel nacional e internacional. Junto con Fernando Botero, fueron dos de los primeros artistas colombianos en exhibir su obra en el exterior, y forman parte de una generación de artistas cuya obra es la base para lo que hoy en día se conoce como arte latinoamericano.
Enrique Grau (1920)
Este artista cartagenero ocupa un lugar prominente en la historia del arte colombiano. Su obre esta basad en la representación. Abarca diferentes temas s como el retrato, el desnudo y las composiciones de tendencias surrealistas y pop. Conocedor a fondo de la técnica del oleo, el dibujo y el grabado, su obra muestra un interés especial por la observación minuciosa del detalle y las texturas, y la figura humana es su tema preferido. Sus figuras se vuelven macizas, casi escultóricas, y las cintas, telas y sombreros contribuyen a exagerar su inconfundible mundo alegórico y teatral.
Edgar Negret (1920)
Las esculturas de Negret están ligadas al estudio de los espacios en positivo y en negativo. El sellos personal de este escultor de renombre internacional son los grandes volúmenes geométricos de lamina de hierro pintada en negro, blanco o en los colores primarios. En su obra de las ultimas dos décadas hay una intención por ligar sus abstracciones geométricas con las raíces del arte precolombino. Al comienzo, su escultura estuvo marcada por una búsqueda formal de formas geométricas entrelazadas, de diseño casi puro, que mas tarde fue transformado en su obra más poética y barroca. Una de las series por las cuales es conocido internacionalmente es la de los Navegantes realizada en la década de los 60. En ella va armando la escultura con repetición de un modulo, creando la sensación de movimiento. Varias de las esculturas de tamaño monumental de este artista están ubicadas en las plazas publicas de a Popayán.


El arte de los años 1960 a 1970
Durante este periodo fueron numerosos los nombres que descollaron en las artes colombianas, aportándole relieve internacional, si bien estos trabajos no estuvieron enmarcados dentro de una sola línea, tal vez como un reflejo de la proliferación y diversidad de movimientos y corrientes que dominaban e panorama artístico del mundo.
En Estados Unidos se constituyeron una serie de movimientos de arte de vanguardia con el propósito de encontrar una identidad propia, donde la premisa básica era volver la producción artística en un producto de consumo masivo; entre estos movimientos se encuentran el pop-art, el op-art, el arte conceptual, el minimal art y los happenings. Este afán por encontrar algo nuevo y diferente llevo a los artistas a experimentar con materiales diversos y apartarse de las convenciones artísticas tradicionales.
Dentro de esta corriente estética se encuentran, entre otros, Feliza Burstyn, quien con materiales reciclados, como la chatarra, armo su obra escultórica; Bernardo Salcedo con una obra escultórica intrigante y personal de cubos blancos y serruchos entre cajas de vidrio; Olga Amaral que impuso una técnica tradicional y autóctona con sus tapices, en donde el telar es la base para su lenguaje artístico; Álvaro Barrios, que en cajas a veces iluminadas con sus dibujos ilustrativos enmarcados, transcribe un ambiente de recuerdos, nostalgia erótica y misterio, basado en pop-art.
David Manzur (1929)
Si bien la impecable factura de sus trabajos y su exquisito dibujo, productos de un profundo y dedicado conocimiento de la historia del arte, lo han llevado a ser conocido internacionalmente en Colombia, uno de sus máximos logros ha sido su aporte que durante muchos años brindo con la enseñanzas de esos cánones a sus discípulos, muchos de los cuales actualmente figuras promisorias o destacadas en el panorama artístico nacional
Fernando Botero (1932)
Sin ser un artista de vanguardias, pero con una solida formación artística clásica adquirida en Europa, y mediante una juiciosa aplicación de las técnicas tradicionales de la pintura y la escultura. Botero desarrollo en los años setenta un estilo personal marcado por el énfasis en el volumen y la distorsión de las figuras, con un impecable manejo del dibujo, el color y la composición, y bajo una temática producto de la imaginería local que llevo a las letras nacionales y latinoamericanas al famoso boom bajo el nombre del realismo mágico. Posteriormente Botero transcribió la expresión volumétrica de sus imágenes, sus temas costumbristas y sus bodegones de su obra pictórica, a las tres dimensiones resaltando así aun más las características de sus personajes monumentales. Su trabajo ha trascendido las fronteras nacionales convirtiéndose en una obra de talla mundial, que le ha dado identidad y representatividad al arte latinoamericano.
Santiago Cárdenas (1937)
Formado en Estados Unidos, desarrolla el conocimiento del oficio del pintor hasta el punto en que la mente se cuestiona la realidad de los objetos, tableros, pisos, cartones… Estos son pintados con tal maestría que cobran vida y confunden al espectador
Juan Cárdenas (1939)
Pintor y dibujante magistral, formado en Estados Unidos, desarrolla diferentes temas como el autorretrato, los interiores, el paisaje, la historia colombiana y la naturaleza muerta, a través de los cuales logra cuestionar su propia existencia. El paisaje, las paredes, los espejos y la figura humana aparecen en sus cuadros conformados una pintura ilusoria que se vuelve real.
Beatriz González (1938)
Produce una pintura basada en las imágenes de la prensa. Las noticias cotidianas son el tema principal de su obra, donde el gusto popular, combinado con una mordaz y critica visión de la realidad nacional, se convierte en su lenguaje artístico. Se ha destacado asimismo por su papel como impulsadora, curadora, crítica e historiadora de arte.
Ana Mercedes Hoyos (1942)
En el desarrollo de su trabajo ha pasado por varias etapas que van desde la abstracción geométrica hasta la representación figurativa, en el pasado constantemente inspiradas en piezas maestras de la historia del arte. Ahora su trabajo parte más bien de imágenes fotografiadas por ella misma. El trópico caribeño, las frutas y las negras palenqueras trascienden en sus coloridas composiciones


Otros destacados artistas
Luis Caballero Y Darío Morales centraron su obra en el desnudo realista. Luis Caballero combino la pintura y el dibujo para ejecutar torsos y cuerpos con intencionada orientación erótica. La pintura de Darío Morales, fallecido prematuramente, se basa en la modelo desnuda, tratando todo detalle con la misma intensidad realista, con connotaciones eróticas. Las obras de María de la Paz Jaramillo y de Lorenzo Jaramillo están catalogadas dentro de la transvanguardia expresionista colombiana. Mónica Meira, pintora figurativa, comenzó a trabajar en la década del setenta ejecutando una obra basada en el pop-art, donde los objetos cotidianos son su tema principal. Hoy día su obra madura esta constituida por paisajes de grandes extensiones de tierra, agua o montañas, en donde su trabajo adquiere un sentido con la presencia de pequeñas siluetas de personas.
Gustavo Zalamea combina la pintura y el dibujo en sus paisajes con bañistas, Oscar Muñoz explora diferentes medios visuales para sintetizar una obra actual y personal. John Castles y Consuelo Gómez definen su mundo propio a partir de la escultura.
En la década del setenta apareció también un marcado grupo de artistas claramente definido que produjo una obra de protesta política, utilizando diferentes técnicas. Entre ellos se encuentran Humberto Giangrandi, Pedro Alcántara, Aníbal Gil y Alfonso Quijano, quienes impusieron su trabajo con la técnica del grabado. En pintura y dibujo sobresalen Luciano Jaramillo, Carlos Granada y Clemencia Lucena.
El bodego es otro género representado en el arte del siglo XX con la obra personal y contundente de los artistas margarita Lozano. Jim Amaral, Gregorio Cuartas y Ana Mercedes Hoyos.
El paisaje aparece nuevamente en la década de 1970 y 1980 con la pintura figurativa de María Cristina Corte: las vacas, las chambas, los charcos y los atardeceres violetas se vuelven un sello inconfundible de esta pintora bogotana. Antonio Barrera pinto extensas praderas, componiendo atmósferas sutiles y delicadas con pinceladas a la manera impresionista, definiendo la intención emocional del cuadro a través del color. Estos paisajistas recuerdan la serie de pinturas de atmosferas típicas del paramo bogotano de Gonzalo Ariza, en la primera mitad del siglo XX.

El arte de la década de 1980
Beatriz González, Luis Caballero, Santiago Cárdenas, María de la Paz Jaramillo, Darío Morales, John Castles, Saturnino Ramírez, Carlos Rojas, Antonio Samudio, Ana Mercedes Hoyos, Humberto Giangrandi, María Fernanda Cardoso, Juan Fernando Herrán, Rodrigo Facundo, y varios más consolidaron sus propuestas en los años ochenta.
Carlos Rojas (1933-1997)
Pintor y escultor, dejo una producción no figurativa. El punto de partida de su obra fue el diseño abstracto de la naturaleza, la línea y la forma pura. Las formas octagonales encierran el espacio, con la intención de buscar un orden y un equilibrio definidos por una sola línea. Negret, Ramírez y Rojas son la máxima representación de la escultura no figurativa en el arte colombiano a mediados del siglo XX.

Los últimos treinta años
Las décadas de 1980 y 1990 se caracterizaron por una invasión del arte conceptual, las instalaciones, el performance, y los videos, donde las ideas son momentáneas y pasajeras. La intención es cuestionar la durabilidad del arte. Entre estas tendencias esta catalogado el trabajo de María Teresa Hincapié, las esculturas de Doris Salcedo, las instalaciones de María Fernanda Cardoso y los falsos precolombinos de Nadin Ospina, que hacen evidente su comentario mordaz a la fusión de dos culturas, la estadounidense y la precolombina.




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