sábado, 14 de noviembre de 2009

ArTe dEl SiiGlo XIX

A pesar de que algunos historiadores del arte colombiano insisten en el efecto revolucionario del movimiento de la Independencia sobre los diversos artistas colombianos, para fines del siglo XVIII eran pocos los cambios que se habían presentado en las manifestaciones artísticas del país

La Independencia
La demanda de arte en Santa Fe de Bogotá estaba representada principalmente por los tradicionales encargos de obras religiosas, algunos retratos para la aristocracia y por unos pocos murales, de tipo decorativo, para los salones de una que otra familia pudiente con pretensiones humanistas; sin embargo es dudoso que en Santa Fe de Bogotá, con una población de poco mas de 5600 habitantes blancos existiera un mercado suficientemente grande para mantener ocupados a los mas de cincuenta artistas que en ese momento habitaban en la ciudad. Paralelamente se gestaba, no obstante, un poderoso motor que afectaría el desarrollo de las tendencias artísticas, incluso hasta en nuestros días, y que ha sido llamado el arte popular piadoso. A pesar de que este evoluciono sin guía alguna, se generalizo entre el pueblo y llego a dominar su gusto estético. Enfrentado a este fenómeno, el arte académico seguía su lenta marcha.

Los Figueroa del siglo XIX
Entre los pintores que prosperaron en la primera mitad del siglo XIX en Santa Fe se encuentran en varios miembros de la familia de Pedro José Figueroa, cuya relación con los Figueroa de los siglos XVI y XVII no se ha establecido aun. Este pintor nacido a mediados del siglo XVIII y muerto en 1838, tuvo tres hijos que también fueron pintores, José Miguel, Celestino y Santos; aprendieron el oficio de su padre y trabajaron al igual que el en obras religiosas y retratos. Pedro José Figueroa retrato al virrey de Amar y Borbón y al libertador Simón Bolívar. Sus hijos continuaron su tradición temática además hicieron números copias del retrato del Libertador. José Miguel Figueroa ha sido considerado uno de los artistas que elaboro parte de la serie de las monjas muertas, retratos de oleo de monjas del orden de las clarisas, en su lecho de muerte, y comisionadas por las religiosas a manera de recuerdo. Buena parte de esta admirable serie se encuentra en la Biblioteca Luis Ángel Arango. José Celestino Figueroa fue además profesor de Alberto Urdaneta, el connotado pintor santafereño, fundador del Papel Periódico Ilustrado.

El costumbrismo
Tras la Independencia el país sufrió una fuerte reacción colonialista que no tardaría en entrar en contradicción con las posturas modernistas determinadas por las nuevas corrientes de pensamiento que surgían en Europa. Esta pugna repercutió en las manifestaciones artísticas que reflejaban una marcada añorada por la época colonial al tiempo que se ceñían a las costumbres y tradiciones de las numerosas y distantes regiones de las que se encontraba atomizado el país
José María Espinosa (1796-1883)
Santafereño y pintor auto didáctica, fue en su juventud abanderado de Nariño en la campaña del sur, durante el cual llevo una barrita de tinta china que le sirvió para hacer apuntes de cuanto vio y conoció en esos años. De regreso a Bogotá en 1819, a los 23 años de edad, se estableció como artista profesional. En septiembre de 1928, Bolívar lo llamo Palacio para que le pintara su retrato. Este así como otros al carboncillo, son un testimonio presencial invaluable de la fisionomía del Libertador. Espinosa fue igualmente un genial caricaturista que dejo una galería de personajes santafereños de su tiempo de mucho humor y gran valor histórico. Además de retratar a personajes de la sociedad bogotana al oleo, pinto también muchas miniaturas, oficio que le permitió sobrevivir profesionalmente. La mayoría de los rostros que conocemos hoy de los próceres de la independencia son obra suya. En 1872 cuando el artista tenia 76 años el gobierno de Murillo Toro le encargo pintar las principales batallas de la Independencia en las que el participo; estos trabajos se encuentran actualmente en el Museo Nacional.
Ramón Torres Méndez (1809-1885)
Pintor bogotano, eminentemente costumbrista pero también retratista y miniaturista, fui uno de los primeros representantes del nacionalismo artístico. A los quince años trabajo en una imprenta topográfica y posiblemente también en los talleres de la Casa de la Moneda
Se desempeño como miniaturista; hizo un retrato de Nariño, además de algunos personajes al oleo, y produjo varias alegorías patrióticas y religiosas que se han perdido. Pero su obra más importante son los dibujos y laminas costumbristas reproducidas en litografía y que ilustran ampliamente los trajes y episodios populares, así como las actividades, las costumbres y los paisajes de la Nueva Granada.
Luis García Hevia (1816-1887)
Bogotano, retratista, miniaturista y costumbrista, estudio en el taller de Pedro José Figuera. Su obra muestra la ingenuidad y las limitaciones técnicas de Figueroa. Tenía inclinaciones poéticas y solía agregar sus propios versos a sus pinturas. Entre sus obras más importante figura La muerte de Santander, hoy en el Museo Nacional en Bogotá
José Manuel Groot (1800-1878)
Discípulo quiteño Mariano Hinojosa, aprendió de el y también de Pedro José Figueroa el arte de la miniatura. Pinto al libertador Bolívar del natural en Palacio y dejo apuntes callejeros, pero no fue un pintor sobresaliente.
Si bien los siguientes personajes no fueron artistas profesionales, y se ganaron la vida como políticos, abogados, comerciantes, militares e historiadores, ocasionalmente hicieron arte. Justo Pastor Lozada, además de tendero, mercader, repostero, músico, profesor de filosofía y matemáticas, y político y fue caricaturista y pintor; Manuel Dositeo Carvajal, quien fuera desterrado a Lima, fundo allí una escuela de pintura, y José Gabriel Taris, militar cartagenero, dejo 115 pequeños retratos a la acuarela, encantadores pero ingenuos de personajes contemporáneos suyos.

Los artistas extranjeros
A lo largo del siglo XIX pasaron por o vivieron en Colombia varios pintores y dibujantes extranjeros que dejaron algún testimonio grafico de la Nueva Granada. La información que se conserva sobre muchos de ellas es escasa y su producción fue dispareja y a veces poco numerosa.
Edward Walhous Mark (1817-1895) fue un diplomático ingles, que vivió en Colombia entre 1843c y 1887. Fue además arquitecto, acuarelista y caricaturista político, recorrió parte de la Nueva Granada pintando a la acuarela sus paisajes, ciudades y personajes.
Agusto Lemoyne llego en 1828 y dejo apuntes y bocetos sencillos de lo que vio. Luis de Llanos, pintor que vino como secretario de la Legión de España, fue profesor de la Escuela de Bellas Artes de Bogotá, donde enseño paisajismo. El madrileño Enrique Recio Gil vino a Bogotá en 1894, contratado por el gobierno colombiano para encargarse de las cátedras de pintura en la Escuela de Bellas Artes. Regreso a España en 1897. Gerónimo Martínez (1826-1898) y Celestino Martínez Sánchez (1821-1885) eran artistas caraqueños que enseñaron litografía y grabado en Colombia. Eran pintores y también dejaron varios retratos al oleo. Felipe Sánchez Gutiérrez, pintor de origen mexicano, llego a Bogotá en 1873 donde dirigió la academia Vásquez y posteriormente fundo su propia academia. Antonio Rodríguez fue grabador y pedagogo español que vino a Colombia a dirigir el equipo de Papel Periódico Ilustrado de Alberto Urdaneta.

La comisión Corográfica
En mayo 19 de 1849, bajo el gobierno de José Hilario López, Agustín Codazzi, ingeniero, geógrafo y coronel de Lugo, Italia, fue encargado del levantamiento de la carta geográfica de la República de Colombia y de los respectivos mapas corográficos de las provincias del país, Además la comisión que el encabezo se intereso por estudiar y dejar constancia de los habitantes de Colombia y de sus costumbres, los fenómenos arqueológicos y la botánica así como cuanto dato antropológico y sociológico pudiera tener interés. En esta labor interdisciplinaria participaron Manuel Ancizar, Santiago Pérez, José Jerónimo Triana, Ramón Guerra Anzuela Y Manuel María Paz, y Carmelo Fernández y Enrique Price, entre otros profesionales. La labor duro nueve años y constituye un aporte intelectual y académico de gran alcance para la época, y nunca después igualado en Colombia.
El merito de los artistas de la Comisión Corográfica reside en que, además de un trabajo de creación estética dejaron la mas amplia constancia grafica y objetiva de los habitantes de Colombia de la época de sus entornos.

Papel periódico ilustrado
Entre las labores graficas mas interesantes que se hayan realizado en Colombia figuran el Papel Periódico Ilustrado que alcanzo a publicar 116 números en entregas mensuales, cada una profusamente ilustrada con grabados en madera que retrataban todos los aspectos de la vida nacional. Este fue fundado en agosto de 1881, en Bogotá por el artista y caricaturista santafereño Alberto Urdaneta junto con el grabador español Antonio Rodríguez. En Europa, a donde había viajado a los veinte años, Urdaneta frecuento el taller de Paul Cesar Gariot, y más tarde, el de Messonier.

La Escuela de Bellas Artes
La Escuela de bella Artes inicio actividades en Bogotá el 10 de abril de 1886 bajo la dirección de Alberto Urdaneta, por comisión de Rafael Núñez. Esta institución incluyo cátedras de arquitectura, escultura y música, distadas, entre otros, por Mariano Santamaría, Cesar Sighinolfi y Jorge W. Price.

El Salón Nacional de Artes
A finales de 1886 se organizo el I Salón Nacional de Artes convocado por el gobierno y organizado por Alberto Urdaneta, dentro de las labores propias de la escuela de Bellas Artes. Esta exhibición tuvo merito de divulgar, valorar y llamar la atención sobre las bellas artes nacionales. Según el propio Urdaneta se expusieron obras de pintura, escultura, arquitectura y grabado de artistas nacionales y extranjeros residentes en Colombia, así como obras famosas del arte universal, entre las que se incluían algunas de artistas tan ilustres como Miguel Ángel, Murillo, Van Dyck, Rubens, Canova y Terani. A pesar de que se ha puesto en duda la autenticidad de algunas de las obras expuestas en aquella ocasión, y que fueron atribuidas a estos grandes maestros, el Salón Nacional fue, en su época, un muy meritorio esfuerzo por promover, en Colombia, la divulgación de las artes.

El academicismo
Epifanio Garay (1849-1903)
Este gran pintor retratista de corte académico pinto, casi de manera exclusiva, numerosos retratos de los personajes de la sociedad bogotana, como los de Rafael Núñez y Ricardo Carrasquilla que se encuentran en el Museo Nacional. También dejo unas pocas obras religiosas y otras académicas, como San Juan Evangelista en la catedral de Bogotá y la mujer del levita Efraín en el Museo Nacional. Fue un pintor refinado y discreto pero poco inventivo, cuyo talento se limito a transcribir textualmente lo que estaba frente a sus ojos.
Ricardo Acevedo Bernal (1867-1930)
Pintor bogotano que estudio en Paris con León Bonnat y Robert Fleury, en la Academia Julien. Manejo el oleo y el pastel con igual destreza, y su temática abordo desde retratos de sus contemporáneos, como Alberto Urdaneta, y de próceres, como Bolívar, hasta cuadros costumbristas. Su obra es algo dispareja en calidad, siendo los cuadros costumbristas religiosos y religiosos inferiores a sus retratos. Fue un excelente pintor de corte académico que supo manejar la luz y la atmosfera con verdadera maestría, en ocasiones algo afín con la visión impresionista no solamente por la forma de captar la luz sino por la pincelada o el trazo. Esta técnica se puede apreciar en la blusa el retrato de Rosa Biester de Acevedo. Siempre discreto y poco atrevido fue, como Garay, un pintor excelente pero poco inventivo. Acevedo Bernal fue director de la Escuela de bellas Artes, y en 1928 el gobierno y la sociedad colombiana le rindieron un homenaje colocándole una corona de oro. Posteriormente viajo a Roma donde murió dos años mas tarde
Francisco Cano (1865-1935)
Pintor, escultor y critico de arte. Estudio en Paris y viajo por Europa. En 1910 fundo el Instituto de Bellas Artes de Medellín. Fue director de la Escuela de Bellas Artes de Bogotá. Hizo numerosos retratos y paisajes, y algunos cuadros religiosos.
Otros pintores de esta época fueron Salvador Moreno (1874-1940), pintor académico de gran talento que estudio en Bogotá, México y en la Academia Julien de Paris, sin embargo, en 1902 enloqueció; su obra Espalda pertenece al Museo Nacional. Pantaleón Mendoza nació a mediados del siglo XIX y murió también en estado de locura, en 1909, en Sibate; fue retratada por Acevedo Bernal, y su retrato de Catalina Mendoza se encuentra igualmente en el Museo Nacional.
Marco Tobón Mejía (1876-1933)
Nació en Santa Rosa de Osos, Antioquia. Estudio en Medellín y viajo a la Habana donde realizo algunos relieves. Luego paso una temporada en Paris donde trabajo como platero, pintor y ebanista. Dejo varias esculturas, monumentos en bronce y mármol, plaquetas, medallones y medallas.
Bernardo Vieco (1856-1958)
Escultor y fundidor autodidactica de descendencia asturiana, viajo a Paris donde estudio fundición artística; a su regreso a Medellín monto un taller de fundición en bronce. Invento una mezcla especial de cemento y arena que le permitía controlar el vaciado de bronce caliente. En 1938 traslado su taller a Bogotá donde trabajo en comisiones privadas y monumentos públicos. Entre estos se encuentran la estatua de Santander, comisionada por Eduardo Santos, así como los Bustos de Gaitán, Santander, Rufino Cuervo y Julio Garavito, y el monumento a Uribe en el Parque Nacional. En el cementerio de San Pedro en Medellín se encuentran sus Tres Marías y el Ángel del Silencio. Dejo además obras decorativas en piedra y cemento en el teatro de Colon.
Roberto Henao Buritica
Artista nacido en Armenia estudio escultura y pintura en Paris, su obra mas celebre es La Rebeca, situada en el centro de Bogotá.
Gustavo Arcila Uribe (1895-1963)
Escultor bogotano, que estudio en Estados Unidos y Europa, y regreso a Colombia en 1930. Esculpió la Virgen del cerro de Guadalupe y la estatua de José Vicente Concha en la Gobernación de Cundinamarca.

El paisajismo
A finales del siglo XIX surgió un gran interés por el paisaje como género pictórico independiente, y fue cultivado por varios pintores colombianos que habían estudiado en el exterior. Roberto Paramo (1895-1939) colaboro en la Comisión Corográfica y fue profesor de la Escuela de Bellas Artes. Sus oleos suelen ser pequeños pero de excelente técnica y calidad artística. Trabajo principalmente en la sabana de Bogotá. Ricardo Moros Urbina (1865-1942) trabajo en su juventud en el Papel Periódico Ilustrado. Estudio en Academias de Francia, España e Italia, donde adquirió una técnica excelente y un gusto por captar la luz y la atmosfera. Luis Núñez Borda fue pintor sabanero. Ricardo Borrero Álvarez estudio en España y Francia, donde conoció el trabajo de los pintores de la escuela Barbizón. Enseño en la Escuela de Bellas Artes. Tuvo una predilección por paisajes con montañas y rocas y paisajes urbanos. Jesús María Zamora, pintor boyacense de origen humilde, estudio en la Escuela de Bellas Artes con Montoya y Paramo, y pinto cuadros históricos además de paisajes que generalmente representan grande llanuras. Eugenio Zerda, pintor, escultor y profesor, estudio con Recio Gil y Santamaría, y viajo por Europa. Su obra muestra una influencia del arte impresionista. Tuvo problemas mentales y destruyo parte de su obra. Los cuadros de Eugenio Peña suelen ser algo melancólico y desprovisto de seres humanos. Ricardo de Gómez Campusano (1883-1941), paisajista bogotano, se formo en Colombia. Roberto Pizano, retratista y paisajista bogotano, estudio con Coloriano Leudo y Acevedo Bernal, y más tarde en Paris y Madrid. Murió a los 33 años. Fue además, historiador, profesor y director de la Escuela de Bellas Artes.

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